Sin embargo, el criterio con el que otorgamos valor a esos elementos
varía en el tiempo, a lo largo de la historia, y depende de lo que cada
persona asume como sus valores.
En las organizaciones, los valores permiten que sus integrantes
interactúen de manera armónica. Influyen en su formación y desarrollo
como personas, y facilitan alcanzar objetivos que no serían posibles de
manera individual.
Para el bienestar de una comunidad es necesario que existan normas
compartidas que orienten el comportamiento de sus integrantes. De lo
contrario, la comunidad no logra funcionar de manera satisfactoria para
la mayoría.
Cuando sentimos que en la familia, la escuela, el trabajo, y en la
sociedad en general, hay fallas de funcionamiento, muchas veces se debe a
la falta de valores compartidos, lo que se refleja en falta de
coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.